Artículo publicado también en eProform
Fuente: Público
En un artículo reciente en el diario “Público” se analizaba
con cierta distancia crítica todo lo que rodea al mundo del “emprendizaje”. No
es tan fácil emprender en España; yo diría que es tremendamente difícil, pero
aún más cuando muchos autónomos lo son por necesidad y no por esa vocación que
algunos expertos estiman que es lo más importante para ser considerado un
emprendedor.
La crisis llevó a mucha gente a la calle tras los
consecuentes despidos, eso es evidente, pero hay otro escenario que también se
ha trasformado: la relación contractual asalariado-empresa. Ahora se da
más el concepto “empresa-empresa”, en el que un autónomo que trabaja
largas jornadas laborales presta sus “servicios profesionales” a otra empresa
Aunque en algunos casos más del 70% de los ingresos de un solo cliente, no son considerados como económicamente dependientes, lo que los
convierte en asalariados encubiertos con menos derechos.
Un autónomo lo tiene complicado para cobrar el paro -tiene
que demostrar, entre otras cosas, que lleva dos años contabilizando pérdidas,
tiempo que, en muchas ocasiones, no se puede permitir antes de cerrar (el
primer año no se computa)-. No es tan sencillo coger una baja, no tiene
vacaciones remuneradas y un largo etcétera. En España hay tres millones de
autónomos, y habrá que preguntarse si realmente están por necesidad o vocación.
Vemos, en parte, que las altas como autónomos son una
imposición de empresas que no quieren contratar asalariados y prefieren
externalizar sus servicios. Si bien es cierto que esto es un nueva
característica del mercado laboral que puede abrir hueco para el emprendimiento
en España, si dependes mucho de un solo cliente, no eres emprendedor, sino
dependiente. Como bien dice el artículo, “si eres autónomo, puedes tomar tus
propias decisiones, trabajar para quien te dé la gana y poner tus precios. Si
eres dependiente, no”. Aunque con la competencia que hay y la crisis no
está la cosa para elegir mucho a los clientes e imponer precios, también hay
que decirlo.
Además, como vemos en el gráfico que inaugura este artículo,
la tasa de mortalidad de las nuevas empresas es muy alta. Emprender un negocio
es duro; aunque usar las nuevas tecnologías haya abaratado muchos costes, la necesidad
de liquidez e inversión sigue siendo algo a tener muy en cuenta y que no todos
se pueden permitir.
Fuente: Público
Como vemos en el gráfico anterior, el inicio de la crisis
coincide con el pico más alto en cuanto al número de autónomos, para luego caer
estrepitosamente hasta estabilizarse en 2012-2013.
Hay otro dato importante que no me gustaría soslayar, y es
el número de autónomos que crean empleo más allá del suyo, o sea, que contratan
a alguien. Esto es importante porque muchos autónomos no significan que tiren
del empleo tanto como en otras épocas. Según los datos, en 2012, por ejemplo, “España
fue el tercer país en el que más autónomos que daban empleo desaparecieron, un
2,1%, por detrás solo de Francia y Grecia; mientras el autoempleo creció un
4,7%, cuando la media en Europa fue del 0,5%”. Este dato está muy ligado al
emprendimiento por necesidad y al autónomo económicamente dependiente.
Emprender no es tan fácil, pero tampoco es imposible. Hay
que huir de cierto discurso que culpa al desempleado de estar como está porque
no quiere montar un negocio. Cuando cierran empresas por falta de ventas no
podemos decir alegremente a otros que asuman el riesgo.
Más información:
Y para colmo de males, creo que la pequeña subida en el gráfico estos dos últimos años no se debe a que surjan nuevos emprendedores con nuevas ideas o empresas; mucho me temo que es debido a que muchos empresarios ya no contratan a empleados, sino que los obligan a hacerse autónomos. El falso autónomo ataca de nuevo.
ResponderEliminarUn saludo, y gracias por todas estas entradas. Gran trabajo de divulgación, sí señor.
Totalmente de acuerdo, Pepe. Un saludo!
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