jueves, 14 de enero de 2021

Entrevistamos a Ernesto Calleja sobre la situación en Estados Unidos.

Tenemos la suerte de contar con un nuevo colaborador en Politólogo en red. Ernesto Calleja Ruíz es licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad de Granada.  Experto en cuestiones de temática internacional, ha trabajado en países como Marruecos y Japón.  En formato entrevista, Ernesto nos irá ayudando a entender un poco mejor cómo funciona la política internacional. Hoy nos habla sobre la situación en EEUU.



¿Cuál es la situación ahora mismo tras el asalto al Capitolio?


En primer lugar, quiero darte las gracias por la oportunidad de poder dirigirme a tus lectores. Es para mí un gran placer poder participar en tu blog, que sigo desde hace tantos años.


Con respecto a tu pregunta, te diré que la situación es bastante dinámica, prácticamente cada día cambia lo que se considera posible y lo que no. Por una parte, debido a la incertidumbre que genera un presidente tan errático como Trump, cuya conducta es imprevisible; pero por otra parte, tal vez aún más importante, por la sacudida interna que está sufriendo el Partido Republicano, que le puede llevar a contemplar acciones que hasta ahora no eran admisibles para ellos.


¿Crees que Estados Unidos está al borde de la guerra civil?


Soy una persona a la que no le gusta emplear términos tan rotundos, que generan tanta inquietud. No obstante, sí que tengo la fuerte impresión, no sólo por los últimos acontecimientos sino por una serie de dinámicas acumuladas (bipolarización, tensión racial, problemas económicos, potencias emergentes, etc.), de que Estados Unidos se encamina hacia una década de gran conflictividad interna, que no conocían en tal magnitud al menos desde los años 60-70. Si logran salir de ella reforzados o en cambio derivan hacia una ruptura político-social mayor que los empuje hacia un desmembramiento o un debilitamiento considerable, es algo que cuesta más predecir y que dependerá de múltiples factores internos y externos.


¿Qué grupos apoyan a Trump?


Ahora mismo, oficialmente podría englobarse al conjunto de los grupos que tradicionalmente apoyaban al Partido Republicano. Sin embargo, si como parece se produce una ruptura del partido del elefante con Trump (o por contra, algo también factible, una victoria de los leales al trumpismo lleva a que el republicanismo-conservadurismo más afín al sistema rompa con el partido y busque crear uno nuevo), veríamos con más claridad quiénes apoyan a Trump. Desde luego no son todos los 75 millones que lo votaron aproximadamente, pero tampoco una minoría de alucinados más o menos “frikis”. Me atrevería a decir que, por un lado, podríamos distinguir una corriente de ciudadanos blancos de clase trabajadora o media, empobrecidos, que tienen miedo de las consecuencias de la globalización y de los cambios tecnológicos, o que de hecho ya los están sufriendo en forma de desempleo (aquí incluiría a muchos afectados por las medidas de confinamiento a causa de la pandemia). Y el otro gran grupo, tal vez más peligroso por sus características mesiánicas, es el de los movimientos ultra cristianos (especificaría que principalmente de determinadas ramas protestantes), que han ido creciendo en relevancia entre las bases republicanas durante décadas y ahora resultan su mayor grupo de presión interno.


¿Cuál es la estrategia del Partido Demócrata tras el asalto al Capitolio? ¿Cuál es su futuro?


Su apuesta tan decidida por un segundo “impeachment” puede interpretarse de dos maneras. Por un lado, parece un intento más o menos descarado de ajustar cuentas con Trump y de paso dividir radicalmente al Partido Republicano o dejarlo condenado a seguir siendo visualizado como rehén de Trump durante los próximos años. Esto entraría en contradicción con la campaña de Biden, centrada en sanar las heridas abiertas por Trump, por lo que el próximo presidente se está cuidando mucho de opinar sobre la materia, dejando el protagonismo a los representantes demócratas en el Legislativo, con Pelosi al frente. Pero la otra interpretación, menos maquiavélica tal vez pero que tampoco hay que descartar, es que la información clasificada que están recibiendo sobre los planes de los “insurgentes” (por seguir la denominación con la que se los está etiquetando) es más preocupante aún de lo que creemos. Y Trump desde luego no parece creíble como personaje conciliador y responsable, capaz de poner la estabilidad del país (y del mundo, ya puestos) por delante de sus intereses y su ego.


Con respecto al futuro del Partido Demócrata, no lo veo nada claro. Deberían tener mucho cuidado, porque la ruptura del sistema bipartito puede llevar no a un sistema de tres partidos, sino ya de cuatro una vez abierto el melón. Biden tiene una personalidad conciliadora y representa al “establishment” de toda la vida, pero claramente ha llegado a la presidencia gracias al impulso que le han dado importantes sectores a la izquierda del partido, tanto en cuestiones económicas (sanidad pública y ecología, destacadamente) como sociales (principalmente las minorías raciales, más movilizadas como reacción al discurso de Trump). Lo va a tener muy difícil para mantenerse cuatro años, en medio de una situación interna y externa de lo más convulsa, equilibrando ambos apoyos. No soy muy optimista al respecto, creo que tarde o temprano sufrirá una escisión por uno de los dos flancos.


¿Qué papel está jugando ahora el Partido Republicano? ¿Cuál es su futuro?


Como esbozaba antes, el Partido Republicano está ante una encrucijada. O se aferra al trumpismo (no olvidemos que Trump, pese a haber perdido, ha batido récords de votación y tiene una legión de seguidores fanatizados) por miedo a perder apoyo (o incluso a la violencia de los que se sientan traicionados), o asume el riesgo de la ruptura, a sabiendas de que a corto plazo le puede costar grandes cuotas de poder pero que a largo plazo le puede salvar de la desaparición una vez las aguas vuelvan a su cauce. En cualquier caso, ninguna de las dos opciones le garantiza el éxito y lo más probable es que se divida en dos con relativa rapidez.


¿Qué piensas de la reacción de las redes sociales ante Trump?


Si te refieres al enfrentamiento que han tenido con él en el último año, básicamente desde que empezaron a censurar sus barrabasadas sobre la pandemia, creo que por una parte era evidente que estaban sometidos a grandes presiones desde hace años para que se mostraran más proactivas a la hora de gestionar los contenidos que se publican en sus plataformas. Y no solamente por cuestiones legales, sino incluso comerciales. Tarde o temprano corrían el riesgo de perder mucho atractivo por exceso de conflictividad. Al fin y al cabo, a las empresas les atrae acercarse a lo que genera pasiones y sentimientos fuertes, pero si se cruzan los límites pueden huir espantadas con mayor velocidad. Tampoco hay que desdeñar que, al fin y al cabo, por muy globales que sean, son empresas estadounidenses temerosas de que la nueva administración pase de protegerlas a verlas como un peligro para la estabilidad del país o incluso como un contrapoder (al fin y al cabo, se trata de un oligopolio cada vez menos encubierto).


Por tanto, si bien era previsible que se produjera este giro en su política, no deberíamos aplaudirlo sin cautela, ya que si han sido capaces de coordinarse para suprimir la capacidad de comunicación de todo un presidente de los Estados Unidos, ¿qué no podrán hacer en el futuro? Es decir, ¿deberíamos estar tranquilos ante un poder tan enorme concentrado en tan pocas manos y sin ningún control democrático? Sin duda va a ser uno de los grandes debates de esta década que comienza.


¿Podrá John Biden rebajar la tensión?


Esa es ciertamente la gran clave y lo que determinará su éxito o fracaso como Presidente. En circunstancias normales, sería la persona idónea para ello, ya que no genera rechazo entre sus adversarios tradicionales. Pero no vivimos tiempos normales, y creo que no va a poder lograrlo por mucho empeño que ponga en ello. Sin contar con que, más allá de la caricatura que de él han hecho Trump y sus medios afines, lo cierto es que se trata de una persona con la salud digamos que al límite, por ser generosos en la descripción. Así que es bastante posible que delegue mucho en sus colaboradores, particularmente en la vicepresidenta Harris, algunos de los cuales tendrán mucho más difícil lograr consensos y rebajar la tensión con sus colegas republicanos.


¿Estamos ante el fin del imperio de  Estados Unidos?


Como he dicho antes, no me atrevería a realizar una afirmación tan rotunda. Sin duda están ante una encrucijada de la que pueden salir incluso reforzados, pero que los puede llevar a un declive acelerado si no logran encauzar una crisis multidimensional tan compleja como esta. Desde luego, me atrevería a decir que van a tener una década de ensimismamiento que va a llevar a que las potencias emergentes (no sólo China, pero sobre todo el gigante asiático) aprovechen la ocasión para avanzar en sus objetivos estratégicos de forma más rápida y agresiva que hasta ahora. Lo cual también sin duda generará una mayor conflictividad internacional. De hecho en cierto modo creo que ya lo estamos viendo en los últimos años y lo que ahora vendrá es una aceleración del proceso. Que esto suponga un nuevo orden mundial o no, dependerá en buena medida también de lo que tarde en retomar el impulso Estados Unidos (suponiendo que lo logre).


Para finalizar, ¿qué fuentes nos recomiendas para seguir la actualidad de la política en EEUU?


Pues debido a la polarización de la opinión pública (y la “opinión publicada”), es difícil poder señalar algún medio más o menos neutral. Parece que hemos entrado en una era de opiniones rotundas, sin grises, con lo que, para tener una visión equilibrada se vuelve necesario acudir a medios marcadamente escorados a cada uno de los lados y usar la propia razón crítica para compensar. En mi caso, aprovechando que están disponibles en la plataforma Movistar+, voy turnando entre la CNN y la FOX News para seguir la “conversación” en las filas demócratas y republicanas respectivamente. Eso sí, le recomendaría a tus lectores que, en la medida de lo posible, si no quieren salir convencidos de que el mundo va a explotar, evitaran a sus presentadores más histriónicos/polarizantes: Tucker Carlson, Sean Hannity y Laura Ingraham (FOX News) y Chris Cuomo y Don Lemon (CNN). Salvo que quieran echarse unas risas a su costa, claro.



4 comentarios:

  1. Pinta regular la cosa, desde luego las redes sociales se han convertido en aglo demasiado grande como para que no se se les impogan controles como pasa con otras areas de negocio que están reguladas.

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  2. Cierto, Isidro, pero creo que el problema ya está desatado. Es muy fácil crear tu propia plataforma, foros, blogs y demás en los que trasmitir un mensaje. Al final creo que censurar a Trump puede llevar al efecto contrario, convertirlo en mártir de una causa.

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  3. son momentos de incertidumbre. y lo malo es que los mercados funcionan justo con la estabilidad de un país.

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