miércoles, 13 de enero de 2021

Y las redes sociales bloquearon a Trump

Todo medicamento puede ser remedio o veneno, depende de la dosis y de la condición del usuario que lo consuma. Con las redes sociales pasa lo mismo; si no, que se lo pregunten a Trump. 




Sin Twitter y Facebook, Trump no sería hoy presidente de EEUU. Sí, hay muchas explicaciones sociológicas, pero el fenómeno Trump, como tal, con su posverdad y su capacidad de conectar con una sociedad ya de por sí bipolarizada, hubiera sido muy, pero que muy complicada sin las plataformas digitales. Parece que el idilio está acabando. 

Trump se ha dedicado a despreciar a todos los medios de comunicación tradicionales a excepción de los que le apoyan, como la ultraconservadora FOX. Pero ha sido Twitter la gran plataforma del presidente, el lugar en el que podía, impunemente, colgar sus mensajes para sus más fieles acólitos. Si desprecias a los medios pero dispones del tuyo propio, solo te van a creer a ti. La verdad se diluye y lo que importa es el relato que, de forma machacante, ha repetido Trump desde el día de las elecciones: estas han sido un fraude y, por extensión, Biden es un presidente ilegítimo. 

Tras el asalto al Capitolio, Twitter decide bloquear al presidente durante doce horas y eliminar tres tuits suyos. También Facebook e Instagram decidieron tomar medidas similares. El motivo es que el presidente seguía en sus trece sobre el fraude, no condenando el asalto ni la violencia ni exigiendo a sus seguidores que aceptasen los resultados legítimos. Las redes se convierten en veneno en el momento en que ayudan a difundir odio y animadversión, sobre todo cuando las consecuencias son, como vimos todos, de un intento de golpe de estado.

En mi opinión, las redes llegan tarde. ¿Puede Facebook,  tras todos sus escándalos de los últimos años, ser ejemplo?  Dichas redes han sido  cámara de eco y ahora quieren recular. De todas formas, ¿hacen bien en censurar?, ¿pueden ser árbitros las plataformas digitales en el juego democrático? Si bien la libertad de expresión es sagrada, no lo es mentir descaradamente. Verificar las noticias es importante, máxime cuando, como he comentado, estos bulos dañan las instituciones y ponen en peligro el sistema democrático. ¿Difundir noticias como el Pizzagate, con el resultado que tuvo, es libertad de expresión?

Más lecturas
https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/guerra-civil-estados-unidos_129_6734756.html
También os recomiendo, si no lo habéis visto, "The Social Dilemma". 

Artículo en El País sobre los seguidores de Trump. 


2 comentarios:

  1. Llegan muy tarde y el problema de fondo sigue ahí, el modelo de negocio del big data es un peligro y habría que reinventarlo.

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  2. Totalmente de acuerdo, Isidro. Tienen mucho poder. Gracias por el comentario. ¡Un saludo!

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