Llevamos años viviendo una realidad implacable: la dificultad, aún mayor, de encontrar trabajo a partir de determinadas edades. Con más de 50 años, quedando todavía un largo trecho para la jubilación, muchas personas se encuentran con la carta de despido. ¿Le ayuda la que será su antigua empresa a buscar un camino que les permita estar aún en activo? Todo indica a que no. No se suele optar por alternativas, ya sea de reducción de jornada o algún tipo de programa de recolocación o transición, que ayuden a este colectivo a mantener una carrera profesional. Se pasa de 100 km/h a 0.
Verse fuera de un mercado laboral, en desempleo, plantea un horizonte bastante complicado, independientemente de tener más o menos cualificación. Hay una novela negra que trata este tema:“Recursos Inhumanos” de Pierre Lemaitre (os paso una reseña que hice en mi blog cultural por si os interesa). En este impactante libro, un alto ejecutivo en paro se ve envuelto en un espeluznante proceso de selección. ¿Hasta dónde llegaríamos para encontrar un empleo? ¿Realmente es fácil encontrar trabajo aunque se tenga formación y experiencia?
Mucha gente opta por dar el salto a la empresa pública al llegar a cierta edad: los procesos selectivos son meritocrácicos únicamente (bolsas de empleo con puntuación por oposiciones, cursos de formación, años trabajados en el sector...) y no se tienen en cuenta otros factores que te podrían dejar automáticamente fuera de una entrevista de trabajo para una entidad privada (edad, condición física, condición familiar, embarazo, género,...). Un saludo, Héctor!
ResponderEliminarGracias, Pepe!
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