Estaba
claro que las nuevas tecnologías e Internet iban a transformar el sector
cultural. La Red ha sido la “bestia
negra” de la industria musical y cinematográfica y ahora parece que el sector
del libro se muestra, mayoritariamente, receloso ante el fenómeno. El motivo es el de siempre: la piratería.
Aunque no sólo de copiar libros y no
comprarlos vive el “enemigo de los libros”. Amazon , el
todopoderoso de Internet, está en el centro de la diana por ser una empresa
domiciliada en países de baja presión fiscal, lo que le permite, al ser tan bajos los costes, funcionar con unos precios que rompen el
sector en muchos países. De hecho, la ministra de cultura francesa ya ha dicho
que están “hartos de Amazon” . Como veis, la polémica ya
está servida.
Yo soy
un enamorado de los libros de papel. Me gusta comprarlos y leerlos. Cada libro
es diferente y el tacto es una sensación que no se puede igualar a la frialdad
de una pantalla. Pero, después de que me regalaran un e-book y teniendo en
cuenta mi afición por los blogs y las redes sociales, me di cuenta de que el
futuro pasaba por lo digital, reservando el papel a un ámbito cada vez más
romántico y residual. Yo ya no leo periódicos en papel, no sólo porque acceda a
la prensa en la red gratis, sino porque el
papel no me permite compartir, no me permite trabajar la información. Y lo mismo pasa con los libros, sobre todo con
los que leo y de los que luego me apetece escribir en los blogs.
Es
deseable que la industria editorial no cometa los errores de la industria
musical y cinematográfica y se ponga a
insultar a los lectores de libros electrónicos, como en su tiempo hicieron los
otros tachándonos a todos los internautas de piratas y replicando que en España
lo queremos todo gratis, a pesar de lo que pagamos por la conexión a Internet,
que ya es una pasta. La idea es adaptarse a los cambios y no pretender vender
un libro digital al precio de uno de papel. Aunque piratería siempre hay y
habrá, el que ama la lectura terminará comprando aquel libro que le interese.
Las
librerías para mí son algo sagrado y no las veo sustituyendo los libros de
papel por otros formatos. Por eso creo que seguirán funcionando, con menos
libros, con ediciones más limitadas, pero, ¿renunciaremos
al placer de pasear entre novelas, ensayos, cómics o guías de viajes como exploradores
en busca del tesoro?
Sé que
el papel es un invento para reunir la información que se ha quedado totalmente
desfasado, pero la fotografía o el cine no terminaron con la pintura. Quizás
los románticos sigamos leyendo libros en papel, pero, en mi caso, me veo
combinando cada lectura con los centenares y miles de libros que puedo adquirir
a través de Internet.
Y
vosotros, ¿sois de libros en papel o de
la era digital? Y otra pregunta: ¿cómo
consideráis que será la adaptación del sector editorial y librero ante esta
realidad?
Fuente de la imagen: Wikipedia.
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