Aunque
estos días la noticia laboral-social de más relevancia ha sido el informe delos “sabios” sobre nuestro sistema de pensiones y la idea de que, debido al
envejecimiento progresivo de nuestra población, el aumento de la esperanza de vida
y la falta de nacimientos es necesario aumentar la edad de jubilación e incluso
bajarla, no me gustaría obviar otra noticia de gran interés.
Según
leemos en la prensa, el 47% de los
desempleados mayores de 45 años lleva más de dos años en el paro. Un 23% busca
trabajo desde hace un año, lo que hace que 7 de cada 10 desempleados mayores de
45 años sea parado de larga duración.
El mercado laboral español no sólo castiga al
joven, como vemos, también castiga al mayor. La diferencia es que un joven de
20 años se puede ir, moverse con más facilidad, mientras que determinados colectivos,
como el de mayores de 45 años, lo tienen
más complicado. Es posible que tengan familia y responsabilidades personales
que un joven todavía no ha adquirido. Aun así, muchos de estos desempleados
mayores de 45 años se plantean salir de España en búsqueda de empleo, tal y
como especifica el estudio.
Antiguamente,
la gente que llevaba más años en la empresa era la que tenía más probabilidad
de seguir. Hoy eso no es así. Los expedientes de regulación de empleo y el
cierre de empresas ponen en la calle a colectivos que luego tienen muy difícil
acceder al mercado laboral. ¿Qué pasa con una persona con 50 años que se queda
en la calle y, digamos, lleva más de 30 años en el mismo sector laboral? La
respuesta sería reciclarse, pero no es tan fácil, sobre todo cuando los empleos
que se están creando requieren unos conocimientos con los que los colectivos
más jóvenes ya están muy familiarizados, como puede ser, por ejemplo, el mundo
de la informática e Internet.
Es
difícil establecer macrosoluciones, más aún con una economía en crisis, pero si
no nos podemos permitir el lujo de perder el talento más joven que,
irremediablemente, se ve obligado a irse de España, no creo que la experiencia
de los colectivos de más de 45 años se tenga que tirar por la borda. ¿No es absurdo pedir aumentar la jubilación
con estas cifras de paro? ¿O, lo que es más duro, dificultar el acceso al
subsidio a mayores de 55 años (éste, anteriormente, era para mayores de 52
años) cuando, según las estadísticas, las posibilidades de inserción laboral en
estas edades son mucho menores?
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