Hablar idiomas y manejar las últimas tecnologías está muy bien, pero parece ser que trabajar en equipo cuenta tanto o más que ser una lumbrera en los estudios. Por lo menos, eso es lo que se deduce del artículo que he leído en el periódico Cinco días.
Es
evidente que si proliferan cada vez más las empresas que dedican más tiempo y
recursos a la innovación, éstas requieran personas que sean creativas,
emprendedoras y que puedan trabajar con más gente. Mi experiencia personal me
ha demostrado que el trabajo en equipo es lo más productivo: se sacan más ideas
y, con un buen reparto de tareas, se hace mucho más amena y llevadera toda la
carga de trabajo que puedas afrontar. A diferencia de la literatura de bróker
que se ha hecho famosa a través de películas que retratan a los tiburones de Wall
Street, es en los equipos de personas cualificadas en los que surgen las
mejores ideas. También es cierto que te puede tocar un ambiente laboral
bastante tóxico, en el que los compañeros no pueden ser tan buenos como
deberían. A mí todavía no me ha pasado, pero de todo hay.
El
artículo, que hace mención de un estudio realizado por Manpower (el que he
encontrado en la red es del 2012), analiza tanto las habilidades hard, como las soft. Vayamos por partes:
- Habilidades Hard (Hard Skills). Aquí hablaremos de la formación técnica de toda la vida. Tus estudios, tu dominio de idiomas, de la informática, másteres, cursos, etc. Podríamos incorporar también la experiencia, puesto que ésta está relacionada con la habilidad para desempeñar diversas tareas.
- Habilidades Soft (Soft Skills). También conocidas como habilidades sociales, pueden ser la implicación, la creatividad, el don de gentes, la motivación y la capacidad para comunicarnos con los demás, entre otras.
Para
adquirir las Hard Skills, ya sabemos
qué hacer: estudiar, formarnos y acumular experiencia. Pero las Soft Skills son más complicadas de
desarrollar, puesto que dependen muchas veces de la personalidad individual de
cada uno. ¿Cómo nos podemos hacer más comunicativos? ¿Y mejorar nuestra
motivación? Pues, según se lee, se
pueden aprender tanto como las primeras.
Es
curioso como, por ejemplo, algo tan importante como hablar en público no se
enseña. Quitando algún examen oral en la universidad -que a muchos estudiantes
ponía histéricos, por lo menos en mi facultad- y alguna exposición en clase, la
cuestión de saber comunicar ante un público no parece que tenga mucho interés
académico que yo sepa. Pero, sin embargo, desde enfrentarnos a una entrevista de
trabajo hasta asistir a una reunión profesional lo que hacemos es comunicar,
vender, mostrar, utilizando para ello no sólo presentaciones Power Point, sino, además, la habilidad
de nuestra palabra oral. No saber hablar en público puede ser un auténtico
problema.
Como
vemos, no dominar una competencia soft puede
ofuscar el dominio de las hard.
Y el
talento, ¿de qué capacidades depende? Es difícil saberlo. Puedes pensar que
depende del trabajo, y tendrás toda la razón. Pero, y os dejo una reflexión
particular mía, en un mundo de imágenes y apariencias, no sólo hay que ser
talentoso y formado, sino que además hay que parecerlo. La habilidad de representar
algo de interés, de trasmitirlo, es una capacidad que aporta
a quien la tiene más de lo que creemos.
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