Parece ser que Google+ no termina de
despegar, y eso que a mí me gusta especialmente esta red. Desde luego, como
blogger, me parece muy importante posicionarme bien en ella; al fin y al cabo,
Google es el gran buscador. Sin embargo, a pesar de compartir contenidos y ser
el creador y dinamizador de la comunidad “Hablando
de empleo y redes sociales” -que ya cuenta con unos 1.150 usuarios-, no es
ni de lejos la red social que más visitas me trae al blog ni de la que obtengo
más feedback. Este problema se puede extender
a otros portales que conozco.
Según los datos publicados antes del veranopor The Cocktail Analysis, Facebook sigue siendo la reina del
social media al llegar prácticamente al 85% de los internautas en España, mientras
que Tuenti (36%) se estanca -si se compara con estudios anteriores- y Twitter
(32%) experimenta un gran crecimiento y se convierte en la tercera red por
penetración.
El
arranque tan fuerte de Facebook, que arrastró a todo el mundo a agregar amigos
y a compartir fotos y contendido vinculados al ocio, la ha convertido en un
espacio considerado por muchos como muy difícil de abandonar. Ante esto es duro
luchar. ¿Por qué? Pues porque estar en más de dos redes sociales requiere
tiempo, y éste es un bien escaso. Tuenti es la red adolescente por antonomasia
y Twitter se adapta perfectamente al formato
móvil y a la información instantánea; por
otra parte tenemos a Linkedin como gran
foro de empleo. Entonces, ¿dónde
demonios ubicamos a Google+?
Como
decíamos, Google+ -con un 16% de penetración- lo tiene complicado. Muchos nos
metimos en ella influenciados por su simpleza y por las perspectivas que Google
siempre levanta. Pero no cuaja del todo. Para mí, lo mejor sin duda de Google+
son los Hangouts, auténtica revolución a la hora de creación de contenidos en
abierto en formato audiovisual, que me
ha permitido entrevistar y charlar con expertos en el mundo del empleo. Pero,
por lo demás, ahí estamos en la lucha diaria por sobresalir algo.
La reacción
de Google ante este panorama, como siempre hacen estas compañías enormes, va encaminada
a realizar cambios que no sabemos bien hacia dónde nos llevan. Como el día en
que cerraron el Reader, acción que muchos todavía no entendemos del todo, pero
que seguro que tiene alguna explicación comercial. Según leemos en la prensa, Google+ “desde el 11 de noviembre ya no será un
lugar sin anuncios, sino todo lo contrario. Cualquier contenido compartido,
cualquier “+1” (el equivalente a los “me gusta” de Facebook) o la foto de
perfil se podrá usar para ilustrar publicidad en todos los soportes de Google,
esto incluye búsquedas en la web, Mapas y Google Play (su tienda de
aplicaciones, libros y música). Con el beneplácito o no del usuario”.
La
limpieza que tenía como red social al no tener publicidad ha durado poco, pero,
en fin, no deja de ser una empresa privada. Por mucho valor añadido y mejoras que
nos aporte Google, es un negocio que necesita ingresos para sobrevivir. Está
claro que la potencia de Google es dominar lo que Enrique Dans llamaba la
economía de la atención en su
libro “Todo va a cambiar”. Estás en su red, cuelgas vídeos en YouTube, rastreas
en su buscador, escribes en drive, tu agenda es la de ellos, etc. Así que
Facebook, que ha conseguido crear un microcosmos, surge como la gran
competencia: una vez dentro, no necesitas salir a busca más cosas fuera de su
ámbito. Mientras tanto, anuncios, anuncios y más anuncios. Yo veo muy pocos, no
sé vosotros.
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