Estamos ante un libro muy bien editado, muy visual -lleno de gráficos e infografías- y tremendamente interesante. Para resumir muy someramente, los elementos del poder mundial serían:
Potencia militar
Capacidad económica
Diplomacia
Servicios de inteligencia
Recursos naturales
Territorio y población
Potencialidades intangibles (aspectos culturales, por ejemplo)
Conocimiento y tecnología
Comunicación estratégica (influir y persuadir)
Sin lugar a dudas, la potencia militar ha sido tradicionalmente considerada como la principal fuente de poder. En el libro podréis acceder a bastante información sobre los principales ejércitos, las armas atómicas que existen en el mundo (que se sepa), así como la peligrosidad de otros tipos de armas de destrucción masiva: químicas y agentes biológicos, por ejemplo. Además, hay un aspecto interesante, “la privatización de la guerra o cómo eludir responsabilidades” (pág. 39). La existencia de mercenarios a nivel mundial y su influencia en conflictos alrededor del mundo no os dejará indiferentes.
La capacidad económica (página 51 y ss.) es otro interesante apartado. Al final, todo lo financia el dinero. La globalización como instrumento de poder, instituciones como el FMI o el Banco Mundial o el poder casi absoluto que EEUU ha tenido desde finales de la II Guerra Mundial son variables de una realidad que parece ir modificándose a favor de otras potencias, sobre todo China. Algo curioso es ver cómo el precio del petróleo se ha ido manipulando por intereses geoestratégicos (páginas 61-63). La caída del precio del petróleo afecta negativamente a países como Rusia y Venezuela, por poner dos ejemplos (página 67). Aun así, el hecho de que el petróleo se pague en dólares le da a EEUU un poder inmenso, puesto que puede imprimir tanto dinero como quiera, endeudarse sin prácticamente límite conocido y, en definitiva, seguir siendo un actor principal en la economía mundial (páginas 70 y 71). No obstante, ¿se está intentando crear una alternativa al dólar?
El autor da un buen repaso a la historia de la diplomacia, el espionaje, la importancia de los recursos naturales como valor estratégico y la neocolonización de África (páginas 164-165), el reto de la explosión demográfica, las nuevas realidades urbanas y la irrupción de la guerra tecnológica.
Los retos actuales son enormes y os confieso que me he quedado muy preocupado al ver los enormes desafíos a los que nos enfrentamos en la próxima década.
muy interesante y actual, la guerra tecnológica ya esta instalada desde los 50/60 y hace más de dos décadas que tiene cierta estabilidad.
ResponderEliminarGracias por el comentario!
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