El crédito, ese maná de dinero que esperamos desde hace años para reactivar nuestra economía, ni está ni se le espera, por lo menos, a corto plazo. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dictamina en un informe que, aunque la demanda de crédito es baja, los tipos de interés para nuevos préstamos a pymes han subido sustancialmente. ¿Dónde ha ido o va todo el dinero que el BCE presta a los bancos a intereses bajísimos? Pues lo dicho, a pymes y familias desde luego que no.
Los bancos prefieren invertir en
deuda pública a inyectar liquidez a la economía “real”, y eso nos supone un
lastre de dimensiones considerables.
La OCDE no sólo habla en su
informe del crédito, también hace un poco de adivina-como les gusta tanto a los
organismos económicos- y establece una serie de previsiones para nuestra
economía.
Como viene recogido en el diario ElPaís: “prevé que el PIB español
crezca a un ritmo del 1% en 2015. Esta mejora de las expectativas de
crecimiento se traducirá en un moderado alivio del paro, que cerrará 2013 en el
26,4%, frente al 27,3% estimado anteriormente, para mejorar al 26,3% en 2014, sensiblemente
inferior al 28% estimado en sus anteriores previsiones. En 2015 se situaría en
el 25,6%”.
Uff, mejora sus previsiones, pero
el paro no baja del 25% en el 2015. Nefasto. Siempre se ha dicho que la
economía española necesitaba crecer por encima de un 2% para crear empleo y que
parte de la sustancia de las reformas laborales era reducir esa cifra lo máximo
posible. La flexibilización de las condiciones laborales y el abaratamiento del
despido suponían -o eso decían los expertos desde un cisma ideológico,
evidentemente- que el empleo se crearía con tasas de crecimiento inferiores. ¿Cuánto
de inferior? No se sabe.
¿A qué se debe este
estancamiento? Pues, en primer lugar, a la falta de crédito, pero también, a
pesar de que la OCDE establece que existen mejoras en las exportaciones, al consumo
interno, ese del que dependen nuestras pymes, que no sólo no despega, sino que
se cree que seguirá bajando en un futuro. Este dato sí es para decir Houston, tenemos un problema. Con mucho
que se empeñen, las exportaciones no terminan de sacarnos del hoyo, lo que debe
plantear un reto aún mayor para las políticas económicas.
El informe -me baso en el resumen
que publica El País- alude a nuestro
mercado laboral, cómo no. Pero lo hace desde unas perspectivas, llamémoslas, de
políticas activas de empleo: pide al gobierno que introduzca medidas de activación
y formación que aumenten la empleabilidad de los desempleados y mejoren su
movilidad hacia aquellos sectores que sí generen empleo. Además, también recomienda
mayor involucración de los empresarios en el diseño de planes formativos. Es evidente que la formación es la clave y uno de
los pilares fundamentales de las ya citadas políticas activas de empleo. ¿Se
mejorará? ¿cómo se hará?
Como siempre, tengo más preguntas que soluciones. Qué pensáis de las previsiones de la OCDE, ¿saldremos alguna vez del agujero?
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