Recientemente se han publicado datos por parte del Instituto
Nacional de Estadística sobre la movilidad geográfica de los trabajadores, pero
lo más curioso ha sido encontrarme con titulares tan peculiares como este: “Uno de cada tres ocupados no ha cambiadode residencia desde su nacimiento”. Leído así parece que no nos movemos ni para
comprar tabaco. Pero traigamos más cifras y luego hagamos los análisis.
- La movilidad más elevada se da dentro de la misma provincia (el 37,5% de los ocupados ha cambiado de municipio dentro de la misma provincia).
- El 4,3% de los ocupados de 16 a 34 años ha cambiado de municipio de residencia en el último año. El porcentaje es del 0,6 para los ocupados mayores de 55.
- El 88,1% de los ocupados españoles lleva residiendo en el mismo municipio durante cinco años o más. El porcentaje de ocupados extranjeros en esas circunstancias es del 59,3%.
- Un 31,9% de los desempleados no ha cambiado de municipio de residencia desde su nacimiento. Para el 35,2% el municipio de residencia anterior estaba en la misma provincia.
- También la movilidad es más elevada entre los parados más jóvenes. El 5,4% de los que tienen de 16 a 34 años ha cambiado de municipio de residencia en el último año, frente a un 2,1% de los mayores de 55 años.
A vista de pájaro, todo indica que la movilidad geográfica
no es un fuerte en España. Esta noticia se contradice con otros titulares deprensa que hablan de la nueva emigración y de la constante pérdida de capital
humano que sufrimos .
Sin embargo, los datos establecen que en la actualidad, a
diferencia de los años 60 y 70, es la población más formada la que se va; y
esto, en términos absolutos, es un porcentaje menor si lo comparamos con la
población total desempleada que se queda, a pesar de ser un enorme problema,
evidentemente.
Según los datos que nos facilita el artículo anteriormente
enlazado, “un 25% de los emigrantes se
va al extranjero sin ninguna oferta de trabajo”. O sea, que se va a la
aventura. Y es que no es tan fácil moverse para buscar trabajo, dejar tu
provincia o país. A los límites normales del desconocimiento del idioma hay
otras variables que añadir, como pueden ser: precio de la vivienda, desarraigo,
falta de expectativas de futuro laboral allá donde se va, etc.
En España la red familiar es el gran colchón de las personas
con dificultades, complementando aún más el estado del bienestar. Alejarse de
la red familiar supone un problema si se hace sin nada medianamente seguro.
Otro dilema es si, una vez encontrada la oferta de empleo
fuera de su lugar de residencia, el desempleado es capaz de marchar a donde
sea. Como siempre, os lanzo una pregunta: ¿cómo mejorar la movilidad geográfica
de los trabajadores?
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