La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC)
ha puesto en cuestión la llamada Tasa Google. De hecho, pide su retirada o, al menos, una
profunda modificación. ¿El motivo? Pues da algunos:
- Considera que los agregadores de noticias no son “competencia” de los diarios. Siempre lo he pensado, ya que tan solo desvían tráfico hacia estos portales. A pesar de cómo se pongan algunos propietarios de medios de comunicación, al fin y al cabo, salen beneficiados.
- La tasa supone una barrera para otras empresas que quieran irrumpir en el escenario empresarial con un proyecto de agregar contenidos.
Siempre que se trate
de fragmentos no significativos de las noticias no se considera vulneración
de derechos de autor, máxime cuando, al final, es el periódico o fuente
primigenia la que recibe el tráfico y, por extensión, puede explotar estas
visitas desde el punto de vista económico. El problema de los medios actuales
en la era de Internet es otro: Ia red ha
incrementado la competencia, por lo que la tarta publicitaria se ha visto
reducida sustancialmente. Si le unimos la crisis económica, el cóctel está
servido.
Los periódicos ya no sólo pueden vivir de la publicidad,
necesitan convertirse en otro tipo de proyecto de generación de contenidos que implique buscar socios, crear nuevos
productos de pago, etc. No se puede intentar mantener un modelo de negocio de hace
décadas en pleno auge del 2.0.
Ante las continuas noticias sobre el intento de destruir laneutralidad en la red -o la susodicha tasa Google-,
hemos de estar alerta al más mínimo intento por parte de los gobiernos y de las
distintas corporaciones -como se ve, muchas veces con intereses demasiados
confundidos- cada vez que pretenden regular la red. La crisis en los medios de
comunicación hace que la publicidad institucional sea una golosa fuente de
financiación para periódicos en declive, que pueden servir de sostén ideológico
para las políticas gubernamentales. Si se reduce la fuerza de Internet y la
capacidad de los pequeños de generar espacios independientes de comunicación, se abrirá aún más la puerta a la monopolización
de la información por parte de empresas mediáticas (como siempre ha pasado, por
cierto).
Detrás de esta tasa, o detrás del fin de la neutralidad,
está nada más y nada menos que el intento de controlar el espacio libre de
Internet. Me suena al canon digital, ése que nos llevó a comernos con patatas
el hecho de que la falta de ventas de discos la teníamos que pagar todos cada
vez que comprábamos un dispositivo que, supuestamente, servía para grabar
canciones. Es absurdo, como todo lo que rodea a una industria obsoleta que está
empecinada en que los gobiernos protejan su chiringuito a base de legislar en
contra de los internautas.
Señores, sentido común y un poco de vista. Si enlazo en mi blog
una noticia, ¿es normal que pague cuando no saco un duro? Pero, bueno, si sale
la tasa, habrá que pensarse mucho el enlazar a medios que estén metidos en esta
iniciativa.