Leíamos hace poco en la prensa que “el Gobierno ha aprobado en Consejo
de Ministros la congelación del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para 2014
en 645,30 euros mensuales, de acuerdo con la propuesta remitida por el
Ejecutivo a los sindicatos”. Esto supone unos 21,51 euros al día y, en
cómputo anual, 9.034,20 euros, lo que da
752,85 euros con la prorrata de pagas extraordinarias incluidas dentro de la
remuneración mensual.
De nuevo malas noticias. Los salarios seguirán estancados eincluso bajando si la inflación sube o se generalizan los contratos a media
jornada para emprendedores propuestos por la nueva reforma aprobadarecientemente por el gobierno. Porque, aunque el salario mínimo es de 645,30 euros mensuales, esta cifra sería
por una jornada completa, o sea, 40 horas semanales. Todo contrato que incorpore
un número menor de horas verá reducida su cuantía. Sí, amigos, en España
existen los minijobs.
Pero, ¿qué es en
realidad el salario mínimo interprofesional? ¿Cómo se calcula? Si observamos lo que viene reflejado en la web
del Ministerio de Empleo, el salario mínimo es:
- La cuantía retributiva mínima que percibirá el trabajador referida a la jornada legal de trabajo en cualquier actividad de la agricultura, industria o servicios, sin distinción de sexo u edad de los trabajadores, sean fijos, eventuales o temporeros, o sean personal al servicio del hogar familiar.
- Se fija anualmente por el Gobierno, mediante Real Decreto, previa consulta con las organizaciones sindicales y asociaciones empresariales más representativas, teniendo en cuenta el índice de precios al consumo, la productividad media nacional alcanzada, el incremento de la participación del trabajo en la renta nacional y la coyuntura económica general. La cuantía se fija en salario/día y salario/mes y, en el caso de empleados de hogar, se fija también en salario/hora.
Veamos en cuánto se
ha visto incrementado el salario mínimo en los últimos 6 años:
Como se puede ver en la tabla, desde el 2007 el salario
mínimo ha subido en poco más de 74 euros, viviendo una primera congelación en
2012 y, actualmente, la que se producirá
en 2014.
Muchas prestaciones y
ayudas sociales se calculan teniendo en cuenta el salario mínimo, por lo
que congelar este índice supone también no incrementar todas aquellas medidas
que toman como referente a éste. Aunque tengamos en cuenta la evolución de los
precios y nos atengamos estrictamente a esos porcentajes para ir haciendo
crecer el SMI, su suma es tremendamente reducida si comparamos con el nivel
medio de vida en España. Además, como decía antes, suponemos que muchos
contratos a media jornada estarán
remunerados con cuantías inferiores a los citados 645 euros.
Si los salarios se reducen hasta convertirse en algo
puramente de subsistencia, se impide el ahorro y se obstaculiza llevar una vida
más plena materialmente hablando; una sociedad no avanza, no consume, las
familias no pueden permitirse que sus hijos estudien -en el mejor de los casos;
en otros, quizás ni puedan comer- por no poder afrontar los gastos, se reduce
la formación y, a la larga, las empresas no invierten en I+D porque consideran
que sólo se puede competir por la vía de los precios.
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