Cualquier movilización ciudadana está en el ojo de mira de
las agencias de espionaje, incluso se podrá llegar a la censura en caso de que
moleste lo que se cuelga en Internet. Turquía, por poner un ejemplo, bloqueó recientemente el acceso a Vimeo y Youtube. Siempre se busca cualquier excusa
para la censura: la moralidad, el orden…, pero al final es la política -el
control orgánico del poder y su estancamiento institucional- la que necesita la
censura para sobrevivir. Las purgas políticas
tenían más de lucha por el poder que de cuestiones ideológicas.
La obsesión por la seguridad está terminando con la
privacidad, lo que, a la postre, supone terminar con la libertad. El sociólogo Zymunt Bauman ya lo dijo en
reiteradas ocasiones: a más seguridad, menos libertad,
¿o no?
La dicotomía entre esos grandes conceptos que nos acompañan
desde hace siglos, libertad y seguridad, se está convirtiendo de nuevo en algo
que provoca reacciones radicales en la arena política y social. Cualquier
persona puede decir que no le importa que le controlen sus correos electrónicos
y su teléfono, total, no tiene nada que ocultar. Pero este pensamiento es muy
peligroso, puesto que le da más poder al poder. ¿Y si tu información se utiliza
para otros fines? ¿Y si el estado, con su arbitrariedad, decide que eres
ofensivo a pesar de que consideras que no dices nada malo?
Si nos parece mal que la policía se meta un día de golpe y
porrazo en nuestra casa sin ninguna orden, sólo para registrar, por si acaso, para
prevenir, controlar nuestra presencia en Internet es lo mismo. Incluso peor,
porque lo hacen sin que nos demos cuenta.
La ciencia ficción vuelve a plantearnos situaciones futuras
que se acercan cada vez más a la realidad. Y no sólo como predijo Orwell en su 1984; en estos momentos me acuerdo más deMinority Report, esa película de
Spilberg basada en un relato de Philip K. Dick. El argumento es espeluznante
aunque para muchos ideal: se caza a los delincuentes antes de que cometan el crimen. Pero, ¿y si se equivoca la
predicción? Esa obsesión por predecir el futuro, por creer que se pueden
controlar los designios humanos, es propio del totalitarismo. Si no nos andamos
con ojo, todo irá derivando en situaciones cada vez más dictatoriales.
"El conocimiento es poder". Hoy en día la gente puede expresar a través de la red opiniones personales, críticas y puntos de vista sin pasar por la censura de una editorial o una cadena de televisión. Y la red es un medio que todavía escapa de las manos del poder. La gente sube videos, imágenes, comentarios, etc que escapan a ese filtro estatal. Forma sus opiniones sin necesidad de un guía político o espiritual. Y la gente sin guía, que piense libremente, es peligrosa para el régimen.
ResponderEliminarAunque, por otro lado, el sistema educativo se ha encargado de que la gente no sepa pensar. Las nuevas generaciones lo tienen muy difícil. E internet no se lo pone fácil. Hay tal cantidad de basura, publicidad y mierdas que, sin el filtro de la crítica personal y la razón, de una buena educación librepensante, hace que se sientan perdidos.
No soy muy optimista al respecto...
Hola, Pepe:
ResponderEliminarTienes toda la razón, en Internet circula cualquier cosa. Más motivo para estar por aquí intentando arrojar un poco de luz, jeje. ¡Muchas gracias por tus comentarios!