jueves, 9 de enero de 2014

Cotilleo, redes sociales y empleo



La polémica sobre si debes o no tener cuidado con esas fotos que cuelgas en las redes sociales en las que se te pueda ver un poco “alocado” y, por tanto, orientadas posiblemente a  perjudicarte profesionalmente, siempre ha estado encima de la mesa.

En un excelente artículo de Enrique Dans se desarrolla una serie de ideas que vienen muy bien a la hora de sacar conclusiones ante esta situación. Que tu perfil profesional se base en tu blog, tu LinkedIn u otras herramientas Social Media parece una obviedad en la era de la información; de ahí a que una empresa este más interesada en tus opiniones políticas, polémicas o fiestas, hay un trecho. ¿Realmente dice mucho de una persona una foto en una discoteca? ¿Podemos sacar conclusiones sobre si un profesional es de valía o no porque cuelgue un vídeo cantando o dando saltos entre el público en un concierto?

El cotilleo es una constante en España y parece que siempre se persigue la negatividad de la información: aquello que le sirva a otro para ponernos a parir. Como bien reflexiona Dans, el foco no debe estar en la persona que cuelga una foto, sino en aquella empresa que se dedica a discriminar a unos o a otros por la información que cuelguen. 

El miedo a no saber si las opiniones vertidas en la red pueden disgustar o no a la empresa de turno hace que muchos perfiles parezcan robots. La neutralidad llega a tal extremo que a veces me pregunto si mucha gente que anda por aquí es real o se ha transformado en ciborgs. ¿Eso quieren los departamentos de Recursos Humanos? Creo que no. Por lo menos, todos preferimos seguir a personas reales, con opiniones y sentido del humor.

Si la mayor parte de la información que volcamos en la red a modo profesional es de menor valía que cualquier otra que, por ejemplo, hacemos circular en Facebook en plan lúdico festivo, es que todavía el reclutamiento 2.0 no está tan maduro como pensábamos. El Gran Hermano no sólo es la NSA de EEUU, sino un individuo con un móvil y ganas de hacer fotos. La intimidad es fundamental y la protección de la propia imagen más, pero el cotilleo adyacente a las Redes Sociales es una cosa y la captación del talento otra. ¿Tiene más relevancia Facebook que LinkedIn?, ¿una red en la que hablo con los amigos que mi perfil de trabajo? 

Según algunos estudios recientes, no tienen relación las opiniones vertidas en una red o las fotos fiesteras con el rendimiento en el trabajo, por lo que, como os decía antes, nos estamos moviendo más en el morbo discriminatorio que en una verdadera búsqueda de perfiles de valía. Lo mismo me vale para los trabajadores que ya se encuentren en una empresa. ¿Terminarán poniendo un micrófono en la máquina del café?

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