Recientemente pude leer la siguiente afirmación en la prensa: “Mientras los directivos vieron como en 2013 aumentaban sus
retribuciones un 6,9%, las de los mandos intermedios cayeron un 3,8% y las del
grueso de los empleados, un 0,4%”. Estos datos sobre la desigualdad ahondan más
en la herida abierta que tiene España en su economía que, junto con el
paro, está provocando un descenso
constante de la clase media en este país.
Los datos a los que hacía alusión anteriormente proceden de
un estudio realizado por la escuela de
negocios Eada y la consultora ICSA que se basa, a su vez, en 80.000 encuestas.
La diferencia salarial entre los directivos y el resto de personas se
han incrementado, profundizando aún más en la polarización social que vivimos:
“El salario medio de los directivos no
ha parado de subir (salvo un descenso en 2009) pese a la crisis: en 2007 era
de 68.705 euros brutos anuales y ha escalado hasta los 80.330. El de los
empleados y mandos experimentaron una subida en 2008 y 2009 para volver a bajar
a partir de entonces. Así el salario de los mandos se situaba en 2013 en 36.522
y el del resto de empleados, en 21.307 euros”.
La clase media es fundamental para sostener un sistema
democrático. Una sociedad en la que crece la desigualdad terminará sucumbiendo al
desastre. El consumo, ya lo dijo Keynes, es lo que puede estimular una demanda
suficiente para generar empleo y, así, dinamizar políticas económicas
anticíclicas que saquen a la gente del agujero. Pero, además, si sólo una
minoría vive bien frente a una mayoría social cada vez más pobre, ¿es humanamente
sostenible?
Ya no sólo hay que estar parado para tener privaciones; la
precariedad laboral también está generando una bolsa de exclusión social. La
pobreza relativa crece, pero la absoluta tiene toda la pinta que también.
Hay una serie de variables que hay que tener en cuenta. No hace falta que te
bajen el salario, pues si trabajas más horas por el mismo dinero, también estás
perdiendo masa salarial: esas horas no te
las pagan. La crisis está deteriorando tanto la situación socioeconómica que no está claro que cuando
empiece el crecimiento -si empieza- volvamos a la situación de alegría de la
época de la burbuja, pero digo más: no está claro que estas desigualdades se
reduzcan incluso cuando empiece a crearse empleo.
¿Pueden los poderes públicos hacer algo ante este
estancamiento y reducción de los
salarios? ¿Puede un gobierno sobrevivir a la destrucción de la clase media,
otrora masa de votantes que apuntala el sistema?
Competir mediante la devaluación salarial puede incrementar
algo las exportaciones, pero nos condena a la miseria. El euro nos ha
encorsetado quitándonos la soberanía monetaria a pesar de que parecía que la
moneda europea iba a ser el nuevo maná. Es normal que ante esta situación
crezca el euroescepticismo. Veremos en qué se traduce esto cuando pasen las
elecciones europeas en mayo.
Ya lo analicé hace tiempo
cuando hablamos en este blog sobre la bajada constante de salarios Cada vez más
trabajadores están fuera de convenio colectivo, teniendo que, individualmente,
negociar o someterse a la negociación empresarial. Además, la política
constante, a nivel gubernamental, de congelar el salario mínimo también se lo
pone difícil a los que sólo tienen el estatuto de los trabajadores como referente.
Está claro, el problema es de nuestro
modelo productivo.
Keynes dio una salida a la crisis del capitalismo por la vía
del consumo. Lo salvó frente a una URSS que emergía como un peligroso enemigo
que animaba a las clases bajas a rebelarse frente al sistema, sobre todo tras
el desastre de la II Guerra Mundial. Ahora, bastantes años después de la caída
del muro de Berlín y el triunfo constante del neoliberalismo, se ha confundido
libertad y democracia con desigualdad social, justificando así el poder de una
élite financiera y económica. El interés de unos pocos se ha visto convertido en sentido común. ¿Cobras
poco? Es por el bien de la empresa. ¿No tienes trabajo? Es que no te formas.
¿Tienes un mal trabajo? Es que no te formas más. ¿Estás muy formado y no
encuentras empleo? Vete a otro país a la aventura.
En fin, los datos siguen hablando y aquí hay poca opinión más que aportar.
Cuando fallan el diálogo y la convivencia, ¿qué queda?
Y viendo lo que el gobierno se interesa por la creación de empleo, no me hago ilusiones con que vaya a mejorar la cosa. Ahí va una tabla con la evolución de los presupuestos dedicados a la creación de empleo (en millones de euros):
ResponderEliminar7.751 (año 2010), 7.329 (2011), 5.765 (2012), 3.772 (2013). Fuente: Secretaría de estado depresupuestos y gastos, gobierno de España.
http://www.sepg.pap.minhap.gob.es/sitios/sepg/es-ES/Presupuestos/Estadisticas/Documents/2013/Estadisticas%20Presupuestos%20Generales%20del%20Estado%20hasta%202013.pdf
Un saludo!!
Gracias por el dato, Pepe. Pues nos podemos hace una idea, con el desempleo que hay, de lo que importan las políticas de empleo en este país. Lamentable.
ResponderEliminarUn saludo!
Te mando también un documento muy interesante sobre los efectos de la reforma laboral:
ResponderEliminarhttp://gigapeta.com/dl/3984643a7c6525
Un saludo!!