Ante las cifras sobre el descenso o detenimiento de las
cifras del paro, muchos ya hemos establecido que lo que plantea la realidad es
una bajada de la población activa. Hace unos días pudimos leer en la prensa lo
siguiente: “El padrón que publicó el
Instituto Nacional de Estadística (INE), con fecha de enero de 2013, recoge una
caída de 135.538 habitantes en un año hasta los 47.129.783.”
Una socióloga del Consejo Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC) sostiene que, entre 2008 y 2012, los españoles salidos de nuestro país están
más cerca de las 700.000 personas que de las 225.000 oficiales. Seguramente se
haya tenido en cuenta el hecho de que muchos emigrantes españoles no estén registrados
en ninguna base de datos y, por lo tanto, no se hallen disponibles a la hora de
hacer un recuento estadístico.
Es cierto que no se ha registrado todavía una emigración de
millones de personas como si en España viviéramos un holocausto nuclear, pero minusvalorar
estas cifras supone relativizar una tendencia bastante negativa: la emigración constante
de los mejores cerebros de España. Los que no se van, estén formados o no, es
porque disponen de un colchón familiar que los respalda. Este colchón no
sabemos cuánto más va a durar, puesto que muchos viven gracias a la pensión del
abuelo y eso no es para siempre. El paro juvenil supera el 50%, por lo que, a
pesar de que esta gente, por ahora, ni hace una revolución ni emigra, tampoco
debemos tentar al destino y esperar que se mantenga callada.
La noticia que he citado también hace referencia a otro
dato. Recojo textualmente: “Durante los
seis primeros meses del año pasado salieron del país 259.227 personas, pero en
su aplastante mayoría (219.537) fueron extranjeros. Es decir, en línea con lo
observado por González Enríquez, solo el 10% de las personas que abandonaron el
país en el periodo analizado (26.281) son nacidos en España”. Este dato rompe
otro tópico del que viene muy bien hacer mención. El discurso xenófobo de que
los extranjeros quitan trabajo y vienen en grupos masificados a quedarse en
España acaparando las ayudas sociales se queda sin fuerza. Pero está enfocado a
sostener aún más el argumento de que tampoco es para tanto la emigración
española.
También es curioso que no se hable mucho de los españoles
nacionalizados que están volviendo a su país de origen. Este es uno de los
motivos que explica que sea Ecuador el cuarto país de destino tras Francia,
Alemania y Reino Unido.
Fuente de la imagen: El País
En Almería son cada vez más los que se van. Te dejo un enlace a una hoja excel que muestra la evolución en los últimos cinco años:
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Un saludo!
Muchas gracias por la información, Pepe. Si seguimos así, volveremos a los años 60. Un saludo!
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