El
barómetro del CIS publicado en febrero, con datos basados en enero de 2014, arroja que existen dos crisis evidentes para la ciudadanía: una económica y social y otra política.
Para el
78,5% de la población, el principal problema es el paro. En segundo lugar, para
cerca del 40%, el principal problema es la corrupción. El sistema bipartidista
emergido de la Constitución de 1978 hace aguas hace tiempo y vemos cómo los
actores políticos no están reaccionando como se espera.
En la
pregunta número 17, cuando se le pregunta a la gente qué votaría si mañana
hubiera elecciones, vemos el siguiente resultado:
Si el partido
de la abstención se presentara a las elecciones, ganaría. El bipartidismo
PSOE-PP ha reducido su apoyo popular considerablemente, pero todavía no es
sobrepasado por el tercer y cuarto partidos en
competición, IU y UPyD, respectivamente.
¿Qué
nos espera ante las elecciones europeas? Pues más crisis económica y social, y
no sabemos cómo reaccionarán otros partidos. Si hablamos de la izquierda, ante
el abrazo del PSOE a muchas políticas neoliberales y plegadas a la Troika, IU
parece que sube poco a poco, pero el sorpasso aún está lejos. Al PP también le han salido algunas
escisiones, como el partido liderado por Vidal Cuadras y Ortega Lara, VOX, pero
todavía es pronto para saber si canalizará votos o no.
UPyD
sigue manteniéndose en auge en las encuestas, aunque no sabemos si los votantes
considerarán la fuerza política de Rosa Díez como una alternativa de gobierno.
Quiero detenerme en PODEMOS, una iniciativa encabezada por el politólogo Pablo
Iglesias que ha irrumpido con frescura en el panorama político. No está
claramente explicitada en las encuestas, pero creo que existe necesidad de que
nazca algo distinto, es evidente. Claramente de izquierdas, su estrategia está
muy bien pensada.
Hay que
buscar agregadores colectivos que sumen,
no que resten. Aprovechando las redes sociales y cierta simbología más cercana
al 15M que a viejos discursos revolucionarios, este movimiento impulsado, entre
otros, por los creadores de la tertulia política “La Tuerka”, está consiguiendo
generar un debate dentro del seno de la izquierda más transformadora. No
olvidemos que tras el 15M hay que buscar nuevos lenguajes, nueva realidades y
nuevos contextos, aunque sigamos con problemas sociales como el paro, que
siempre han existido. ¿Llegará a algo PODEMOS? Pues no sé; en política no se
puede aspirar a sacar la bola de cristal. Además, ¿hay vida más allá del euro? ¿Y
más allá del capitalismo neoliberal? Mientras no respondamos a esta pregunta
con argumentos sólidos, parece muy difícil pedir salirnos de la Unión o
transformar la sociedad en profundidad. O que lo hagan otros países como Grecia
o Portugal. Cuesta trabajo ponerse de acuerdo dentro de una misma organización
en un ámbito municipal, así que cómo
para coordinar respuestas internacionales. Pero todo es posible… o no.
La estrategia
es lo más importante y, a veces, se olvida. ¿Se puede hacer política sin
competir por las instituciones? ¿Y si nos alejamos de la calle, es posible la
política? Si planteamos ésta como la resolución de conflictos de forma
pacífica, si no hay dicho conflicto, parece que no hay política. Pero, no veo cómo
es posible que todos los partidos que dicen hablar en nombre del pueblo y ser
críticos con la Europa de Maastricht vayan por su cuenta, creyendo que están en
posesión de la verdad absoluta y que, como poseedores de la esencia de la
lucha, se niegan a ponerse de acuerdo entre ellos. “La vida de Brian” se repite todos los días.
Por
otro lado, los casos de corrupción y la crisis han dejado muy tocados al PSOE y
al PP, confundiendo a la población con que los problemas de dichos partidos son
una extensión de los problemas de las instituciones públicas. Es tremendamente
peligroso confundir democracia con partitocracia o sector público con clientelismo.
Pero es que la corrupción le pone los pelos a uno de punta. Es muy difícil
reivindicar la política con la que está cayendo.
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