En la película de ciencia ficción protagonizada por Robin
Williams “La memoria de los muertos”, los seres humanos cuentan con una especie
de chip implantado en su cerebro que graba todo lo que viven. Una vez han
fallecido, un editor se encarga de crear “la película de su vida”. Cuando
se celebra el funeral, los familiares y allegados vislumbran emocionados
una sucesión de imágenes emotivas previamente filtradas.
Leo recientemente que Facebookofrece crear esa película, eso sí, con la información que vamos dejando en la
red social y no producto de las grabaciones de un chip insertado en nuestra
cabeza. Una recopilación de lo que somos en este espacio cibernético; una
muestra de lo que queremos que trascienda de nuestra propia imagen se concatena
para desembocar en un vídeo conmemorativo el día que nos vayamos al otro
barrio.
Sin lugar a dudas, Facebook
pretende ser parte de nuestra vida y, por lo que se ve, parte de nuestra
muerte. Leo en la noticia lo siguiente: “Otro
factor que han tenido en cuenta es el de los usuarios fallecidos. John Berlin, cuyo hijo de 22 años murió en 2012 tendrá su vídeo de
manera oficial. El padre decidió
hacer su propia versión casera de esta aplicación con los momentos del perfil
de su hijo. Tras subirla a YouTube y
recibir apoyo, consiguió contactar con Facebook.
En su muro anuncia el resultado: "Funcionó. Me acaban de llamar de Facebook por teléfono y van a hacer un
vídeo para nosotros. También dijeron que van a ver cómo ayudar a las familias
que han perdido a sus seres queridos a hacer su selección. Gracias, amigos y
gracias, Facebook".
Se ve que mucha gente considera estos vídeos como un
homenaje a los fallecidos. La verdad es que es curioso, porque, como decía
antes, no deja de ser un vídeo con aquello que dejamos en Internet o con
aquello que nuestros allegados han grabado y consideran importante. Es como un collage de fotografías, como un recopilatorio
que circula de forma abierta para que miles de millones de usuarios tengan la
posibilidad de consultarlo. Las redes sociales, así, se llenarán de homenajes
póstumos, entrando en una nueva visión de contenidos entre lo melancólico y lo
macabro.
No me meto en las decisiones de los familiares ni en la
opción de Facebook; los homenajes son
algo privado entre personas y su dolor. Pero es curioso como las redes sociales
se están introduciendo tanto en nuestro quehacer diario que ya no distinguimos
muchas veces el mundo online del offline y buscamos cierta inmortalidad o
trascendencia en el 2.0.
Lo que colgamos dura para siempre y con esta filosofía
parece que eliminamos no sólo la línea que divide nuestra privacidad del resto
del universo, sino que pretendemos parar el tiempo a base de imágenes en
movimiento. Las estrellas de cine son inmortales, ¿por qué no podemos buscar lo
mismo los anónimos? Pero el tiempo
continúa, y la vida también.
Es curioso, yo siempre me he preguntado qué pasaría con las cuentas que tengo abiertas en las redes sociales si me muriese, ¿se quedarán en el limbo de la red por los siglos??
ResponderEliminarEs algo extraño lo que cuentas, me cuesta saber si me parece bien o mal. Sí reconozco que me da grima, pero quién soy yo para decidir como quiere cada uno recordar a sus seres queridos?
En fin, nos queda tanto por ver en el desarrollo de este medio que seguramente esto en pocos años nos parezca una nimiedad
Toda la razón, Nurocas. Parece que nuestra actividad en Internet ya trascienda no sólo el espacio, sino nuestra propia existencia, al más puro estilo Ciencia Ficción. Y la idea de facebook de homenajear las defunciones va por ese camino.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por el comentario.
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