Tim Berners. Fuente de la imagen: Wikipedia |
La semana pasada se celebraron 25 años desde que, un 12 de marzo de 1989, el investigador británico Tim Berners Lee describió en un informe para el CERN el protocolo para la transferencia de hipertextos. Un año más tarde a esto se le llamaría la World Wide Web.
Todavía recuerdo cuando empecé a navegar por la red, los primeros foros, las primeras
búsquedas, el inicio del correo electrónico y mi inmersión en el mundo de los
blogs y las redes sociales. Me acuerdo cuando, al conectarte a Internet, no te
podían llamar por teléfono, porque el que lo hacía escuchaba un desagradable y extraño ruido –algoasí como el que recoge en primer lugar este artículo de The guardian-. Ahora no sólo es posible hablar por teléfono, sino
que las videoconferencias a través de
Internet están totalmente popularizadas.
Los que somos de una generación un tanto transitoria entre Gutenberg
y el 2.0, sabemos, por lo menos en mi caso, la evolución radical que ha supuesto
la red en cuanto a difusión de información y a la generación de contenidos. A
principios del año 2000, cuando estudiaba tenía que hacer dossiers de prensa a través de fotocopias de periódicos, pues la
mayoría no estaban en Internet de forma abierta. Hoy en día eso es impensable,
por lo menos, para mí. La cantidad de publicaciones online de libre acceso o,
simplemente, las opciones a la hora de buscar material bibliográfico a través de la red son
infinitas. Además, con esto del streaming
y YouTube, por poner un ejemplo, consigo asistir a conferencias y charlas que
tienen lugar a cientos de kilómetros de mi casa sin moverme del despacho,
incluso puedo verlas en otros idiomas porque, si les damos unas horas, la
grabación la tendremos subtitulada en un tiempo récord. Como he dicho en muchas ocasiones, Internet ha desarrollado
ese proceso por el cual se ha acabado con la distancia.
Las horas que necesitaba invertir en leer todos los boletines
oficiales y otras fuentes de información buscando normativa actual para mi
trabajo de consultor eran inmensas; sin embargo, hoy en día, con mi lector de feed he conseguido reducir
sustancialmente ese tiempo: sólo recibo aquellas noticias que me interesan en
el momento que se publican. Un aumento sin paliativos de mi productividad en la
búsqueda y organización de la información que me ha permitido dedicar más
tiempo a las redes sociales y a los blogs sin ver mermados mis trabajos. Mi
evolución a la hora de trabajar con información ha sido bestial, y eso se lo
debo a Internet. Al contrario de lo que la gente suele pensar, constantemente
surgen herramientas que nos ayudan a combatir la infotoxicación. Simplemente
tienes que tener claro qué te interesa y cuáles son las mejores fuentes para
encontrarlo. Parece fácil, pero no lo es. Para ello necesitas ese filtro que tan
necesario es: formación. Una vez sepas filtrar los datos falsos de los
verdaderos, lo demás será coser y cantar.
Internet y todo este mundo también ha derribado las barreras
de entrada en la creación de contenidos. Si no fuera por los blogs, yo, por
ejemplo, no llevaría años escribiendo de forma pública o haciendo entrevistas
con cierta frecuencia. Había que pasar el filtro de los medios tradicionales y,
en ese sentido, lo tenías más difícil. La automunicación de masas, como la define Manuel Castells ha conseguido
llenar el ciberespacio de información fútil, cierto, pero también prolifera el
contenido creativo y de calidad.
El reto que tenemos los internautas radica no sólo en saber
utilizar las herramientas que nos ofrece la red de la forma más óptima posible,
sino además luchar contra los que consideran que la información es un privilegio.
Defender una red neutral -en la que
concibamos que lo que circula por ella pertenece a la gran comunidad formada
por personas que trabaja y comparte contenidos-, por encima de la censura y de
los poderes fácticos, es crucial.
Ya tenemos la
tecnología, ahora hay que mejorarla y defender su libertad.
Algunos libros que he
ido leyendo sobre Internet y la comunicación desde que abrí este blog:
De Manuel Castells
De Julian Assange y
otros
De Juan Luis Polo y
Fernando Polo
De Manuel Moreno “13
bits”
Leyendo “El Gran Libro del Community Manager””
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