Leíamos en la prensa recientemente que cinco regiones
españolas son las que más paro tienen de la Unión Europea. De estas cinco,
Andalucía, con un 36%, es la región líder en número de desempleados. Triste,
muy triste.
Fuente El País |
Tras Andalucía, Ceuta, Melilla, Canarias y Extremadura son
las siguientes que tienen el lamentable honor de ocupar puestos tan elevados en
una estadística tan oscura. Todas ellas
superan el 30% de paro.
El caso de Andalucía sigue siendo noticia, a pesar de tantas
promesas de que el nuevo gobierno de coalición que lidera la Junta de Andalucía
podría invertir la situación. Tenemos un
paro estructural galopante, propio de un país tercermundista, y lo raro es que
no estemos aquí pegándonos los unos a los otros. Si bien es cierto que la
economía sumergida y la red familiar son colchones que amortiguan el impacto
social del desempleo y la crisis, no podemos olvidar que dicho colchón no puede
durar toda la vida.
¿Debe estar condenada Andalucía a ser la última de la fila
siempre? ¿Qué pasa con los planes de empleo, el turismo y la potencialidad de
nuestra comunidad autónoma?
Si el poder político no puede ayudar a reducir el desempleo,
ya sea activamente -mediante políticas de empleo-, ya sea pasivamente -no
poniendo más obstáculos a la creación-, ¿para qué sirve entonces? Si un partido
político dice que va a reducir el paro, hay que preguntarse cómo lo va a hacer.
Si cuando llega al gobierno no lo hace, estamos ante un fraude.
Lo trágico de esta situación, además de las personas que
viven un drama al estar paradas, es que las administraciones públicas se van
echando las culpas en un juego patético de irresponsabilidad. Si la Junta no es
responsable del paro ni el gobierno central tampoco, ¿para qué nos sirven
ambos? Me parece lamentable cómo lo éxitos tienen muchos padres y los fracasos
son huérfanos.
Y me pregunto: ¿qué pasa con el futuro? Analicemos las
cifras de paro juvenil. Rescato un párrafo entero de la noticia que nos sigue
hablando de la lista de regiones con más desempleo en la UE:
La ciudad autónoma de Ceuta (con un 72,7% de paro entre jóvenes de
entre 15 y 24 años) se aupó del número dos de 2012 al primer puesto de este ránking, seguida por dos regiones
griegas —Makedonia Occidental y Epiro—, Andalucía (66,1%) y Canarias (65,3%).
Extremadura (61,7%) y Castilla-la Mancha (61,6%) —que entra de nuevas en
esta clasificación— ocupan el octavo y noveno lugar, respectivamente. También
aparece en la lista Martinica, que no estaba en 2012.
En fin, con estas cifras es difícil culpar del desempleo al
individuo particular. Estamos ante una emergencia social y colectiva que
requiere implementar políticas de empleo, independientemente del esfuerzo de
cada cual para configurar su carrera profesional. Un 66% de paro entre los
jóvenes andaluces no se reduce sólo con buenas esperanzas y motivación.
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