En los años 90 recuerdo que, siendo yo todavía un chaval muy
joven, el concepto de realidad virtual
empezaba a golpear con fuerza motivando nuestra imaginación infantil adicta a
los videojuegos. Eso de ponerte las gafas y un guante con cables y navegar por
un mundo de fantasía llenaba muchas revistas especializadas de la época.
El cine también se hico eco, siendo “El cortador de césped”
una película que se anunciaba como un hito de la ciencia ficción y del uso del
ordenador en el séptimo arte. Esta cinta, protagonizada por Pierce Brosnan,
trata de un científico que utiliza a un jardinero con una inteligencia muy
limitada como conejillo de indias para un experimento de realidad virtual. Este
innovador tratamiento aumentará no sólo la inteligencia del jardinero, sino que
le proporcionará unos poderes sobrenaturales.
Ciencia ficción aparte, os hablo de todo esto porque Facebook, que últimamente está que lo
compra todo, acaba de pagar 2000 millones de dólares por Oculus, una empresa que desarrolla este futurista producto
relacionado con la realidad virtual.
Oculus ha creado Oculus rift, un proyecto que se basa en unas
gafas enormes en plan buceador. En agosto de 2012 recaudó, gracias al crowdfunding, unos 2,4 millones de
dólares. Tras la venta a Facebook,
muchos inversores han pedido que les devuelvan el dinero; se sienten estafados
y, desde luego, seguirá dando que hablar en un futuro el hecho de si las empresas
utilizan correctamente el concepto de financiación colectiva o no.
¿Para qué puede servir la realidad virtual? Pues, que
sepamos, no para el uso que se hacía en la película “El cortador de césped”. Su
utilidad está relacionada con los videojuegos, aunque se vislumbra un
interesante horizonte en el universo educativo.
Sergey Galyonkin CC http://www.flickr.com/photos/sergesegal/10187246943/x |
¿Serán estas
macrogafas el soporte tecnológico del futuro? Como os decía, ya en los 90
parecía que la realidad virtual era un futuro inmediato, incluso recuerdo
llegar a Madrid de viaje de estudios por esa época y encontrar en algún
recreativo de videojuegos las míticas gafas y el guante de realidad virtual. Seguramente ahora la
tecnología esté más que avanzada y es posible que navegar en la red sea una
experiencia más sensorial. Si las tabletas sustituyeron al ratón y nos
permitieron tumbarnos en el sofá y navegar de forma cómoda, la realidad virtual nos sitúa en un contexto
más avanzado.
Está claro que la tendencia es facilitar el acceso al
ciberespacio, hacerlo algo natural. El móvil fue un paso que nos permitió
deslocalizar nuestro ordenador, llevarlo siempre con nosotros. Pero,
seguramente, de lo que se trata es de unir aún más ambos espacios: el
cibernético y el real. En fin, ya veremos en el futuro, pero, como siempre, la
realidad supera a la ficción.
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