En un breve estudio sobre la actividad twittera
de los miembros del Congreso de los Diputados destacan algunos datos que
merecen la pena ser señalados.
Parece que Twitter es la red social con más
éxito entre los políticos españoles, ya sea porque permite un grado de
inmediatez fantástico, ya sea por su facilidad a la hora de manejarla, de
hecho, no difiere mucho de escribir un sms. Diremos que los políticos -pero
esto es común, creo, a todos los tuiteros- utilizan
esta red social para generar información propia, compartir la de terceros
(reuitear) o conversar. Los dos primeros son los usos más extendidos. Conversar, aunque es lo idóneo, se torna muy difícil cuando existen miles, y
digo miles, de personas que pueden interpelarte.
Veamos más detenidamente los datos recogidos:
- De 350 diputados, 192 tienen Twitter. Esto supone el 54,6% del total.
- Durante los 15 meses que llevamos de legislatura se han emitido 372.380 tweets y recibido 4.768.169 menciones en dichas cuentas.
- Los tweets de carácter informativo o publicitario suponen un 51,9%; los retuits, un 26,12%; y las conversaciones, un 21,91%.
En el siguiente gráfico podéis ver las
cuentas de Twitter existentes agrupadas por grupos políticos con representación
en la cámara.
Fuente: http://parlamento20.es/twitter-en-el-congreso-de-los-diputados#more-9072
Proporcionalmente,
son los grupos minoritarios los que más afición tienen por Twitter.
En
el anterior cuadro podemos observar cómo el grupo parlamentario que más tweets
emite es el PSOE, seguido por el PP y, en tercer lugar, IU.
Fuente: http://parlamento20.es/twitter-en-el-congreso-de-los-diputados#more-9072
Como venimos
sosteniendo, podemos destacar que son los miembros de los grupos minoritarios-
en este caso, IU y UPyD-, no sólo los que proporcionalmente tienen más
presencia en Twitter, sino los que más actividad muestran.
Hay que
entender que las redes sociales son un mecanismo
económico y muy directo de contactar con la ciudadanía, creando así una
comunidad de seguidores que se convierten en prescriptores de un proyecto
determinado. Los medios de comunicación de masas están fundamentalmente copados
por el bipartidismo, dejando como salida válida -a veces la única posible- una
ferviente actividad en las redes como canal de comunicación propio. Ahora sí,
no sólo hay que tener cuidado con lo que se dice en Twitter, también viene bien
acompañar la presencia en redes con otras actividades 2.0, como son la creación
de un blog u otro tipo de grupos o páginas. Por ejemplo, el diputado por IU
Alberto Garzón tiene un blog de temática económica muy pedagógico
que, sin duda, es una fuente de información de gran valor para los seguidores
de la formación política de izquierdas. Como veis, el político 2.0 no debe
circunscribirse a tener Twitter y lanzar improperios, tiene que ser mucho más.
Es
fundamental entender la red social de microblogging, en particular, y el mundo
del Social Media, en general, no sólo como formas ideadas para conversar y
propagar discursos, sino también como instrumentos muy eficaces para crear
espacios comunes en los que nuestros seguidores puedan acceder a la información
que les interese.
El 2.0
exige bidireccionalidad en la forma de comunicarnos, obligando a sus señorías a
bajarse del púlpito y a entender que la ciudadanía necesita informarse, conocer
y, por qué no, aprobar o censurar el trabajo que ellos desempeñan más allá de
votar cada cuatro años.
A pesar
de que muchos representantes abandonen Twitter por recibir supuestas amenazas o que emitan tweets que tienen poco que ver con su actividad profesional, estamos seguramente ante uno de los canales con más
fuerza para hacer llegar un mensaje a la gente.
Pero,
claro, en ocasiones se olvidan del riesgo que supone que todo el mundo pueda
leer lo que escriben y hacen comentarios poco decorosos. Como siempre, a la
hora de afrontar una política de comunicación,
prudencia y sentido común.
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