Justo
hace una semana escribí una entrada que arrancaba con el siguiente titular: “Los recién titulados que
ni estudian ni trabajan suben un 69% en tres años”. Es curioso, porque hace
pocos días he vuelto a leer un amplio artículo dedicado a toda esa juventud
hiperformada de países como España, Grecia y Portugal, que no encuentran futuro
laboral en sus respectivos países. El artículo nos cuenta el día a día de estos
chavales: cómo algunos todavía viven con sus padres y siguen formándose eternamente;
cómo otros, a pesar de haber terminado los estudios y tener cierta edad, siguen
compartiendo piso como en su época de estudiantes; etc. Un retrato demoledor
que muestra un talento desaprovechado que, en estos tiempos más que nunca, no
nos podemos permitir infrautilizar.
Ya no
es sólo es que no encuentren trabajo, sino que terminen trabajando en algo para
lo que no tenían ni siquiera que haber estudiado. Empleo precario para gente
hipercualificada.
No hay
trabajo para casi nadie, pero que la gente que tiene doctorados, másteres,
controla idiomas y demás formación que se pueda pedir, esté desempleada merece,
por lo menos, un grito al cielo. Muchos
incluso son investigadores de alto nivel en aquello que tanto se habla, que es
la innovación. Si queremos innovar, hay que contar con personal especializado; innovar
no es sólo cuestión de redes sociales: son la medicina, la biología, la
ingeniería, etc. También hay que reivindicar las ciencias sociales y las
humanidades, sobre todo en un mundo tan cambiante y tan necesitado de
interpretaciones y de análisis. Innovar también es una actitud, estoy de
acuerdo, pero hace falta apostar por el talento.
Desde
muchos sectores se establece que hay que formarse en aquello en lo que hay
trabajo, que aunque tengas tres carreras, si éstas no son demandas por el mercado,
no sirven de nada. Otros establecen que es la especialización la que debe
abrirte puertas; una cosa es la licenciatura y otra distinta es que te
especialices en algo con salida. Y en tercer lugar, está la cuestión de que por
mucho que estudies, lo mejor que puedes hacer es irte de España. Así de claro.
Este
martes tuvimos una videocharla sobre nuevas profesiones en la era de Internet.
Estuvimos comentando no sólo las nuevas profesiones que están surgiendo,
sino las posibilidades que te ofrece la tecnología para especializarte, a muy bajo coste, en aquellos
sectores que están tirando algo -muy levemente, es cierto- del carro de la creación de empleo. Si veis,
por ejemplo, el informe de Infojobs
sobre profesiones que más se demandan, podéis ver que para la gran
mayoría hace falta falta mucha formación.
La
conclusión general sería, a mi entender, que para encontrar empleo hace falta
formación, pero que no toda formación sirve para que te den un puesto de
trabajo. Es triste, porque todo el mundo debería poder trabajar, pero estamos
viendo cómo el mercado laboral va reduciendo constantemente el número de
oportunidades para los que estamos en él.
Totalmente de acuerdo con tu reflexión, que estés bien formado no implica trabajo, pero si no lo estás lo tienes verdaderamente difícil.
ResponderEliminarGracias por el comentario. Claro, lo difícil de la situación es que estar formado no te asegura nada, pero carecer de formación te lo pone mucho más complicado. Un saludo.
ResponderEliminarAlgo que esta infravalorado es la capacidad innata de cada persona, resultado de una educación que trata de meter en el mismo saco muchos valores, y uniformar el carácter.
ResponderEliminarDe nada sirve un politólogo, sin su capacidad creativa, o su capacidad comunicadora, o su potencial como líder.... ;)
Un saludo.
JOSÉ
Gracias por el comentario, José. Es cierto, las habilidades sociales son cada vez más importantes,de hecho se demandan cada vez más incluso por encima de la formación académica. Es algo a tener en cuenta.
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