La OCDE estima que el desempleo en España se acercará, en no
mucho tiempo, al 28%. Además, advierte
del grave problema del desempleo juvenil y el de larga duración, dos lacras que
se enquistan en nuestro mercado laboral.
El desempleado de larga duración es aquél que lleva más de
12 meses en paro. En 2007, este colectivo suponía un 19,1% del total, mientras que en 2011 crecía
hasta situarse en el 47%. Es increíble
pensar que cerca de la mitad de nuestro desempleo es de larga duración. El
futuro no es nada agradable.
Debido a este panorama, la OCDE propone que no se retiren
los subsidios ni las ayudas a los colectivos en riesgo de exclusión o
vulnerables. Es de lógica; en contra de lo que algunos sectores consideran, quitar
las ayudas a personas que están viviendo una auténtica situación de emergencia
sería condenarlas aún más a la pobreza. Sin embargo, es de recibo que, además
de las políticas pasivas -lo que se conoce como prestaciones y subsidios-, se
articularan políticas activas y de creación de empleo con el objetivo de sacar
cuanto antes a los desempleados de su situación.
La OCDE, como hemos comentado, también se centra en el
colectivo juvenil. Este grupo presenta unas tasas de desempleo muy alarmantes.
El problema del desempleo de los jóvenes es que, si se alarga demasiado, puede
generar frustración, estigmatización y
exclusión en dosis lo suficientemente elevadas para que empiecen a surgir
problemas graves de tipo social. Cuando un joven ve que no tiene futuro, o
emigra o se rebela. Que su rebelión sea pacífica y esté encauzada hacia
posturas democráticas y de transformación positiva o, por el contrario, caiga en la violencia nihilista, son dos
panoramas que están separados por una línea muy fina.
La organización internacional muestra asimismo una opinión favorable hacia la reforma laboral española, cosa que no entiendo, porque se contradice con su
pronóstico aciago sobre la imposibilidad de frenar la subida del desempleo.
Si la situación es de urgencia, como todos los indicadores
muestran, no podemos permitirnos reformas cuyo resultado se verá a largo
plazo..., si es que llega. Es cierto que
no se cambia un modelo productivo en 6 meses, pero estos mismos meses pueden ser una eternidad
para personas en situación de desempleo. La austeridad y los recortes,
elementos clave de las políticas que nos imponen, están demostrando que no sirven. Llevamos varios años de crisis
y, como decía Einstein, si haces lo
mismo, no esperes resultados diferentes.
A continuación, voy a dejar un gráfico para ayudarnos a visualizar
las proyecciones que se hacen sobre la evolución del desempleo en todos los países de la OCDE. Siempre es sorprendente comparar
las cifras de paro de España con las del resto de los países industrializados.
Las conclusiones, las dejaremos para otra entrada.
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