A raíz de la preparación de la videoentrevista que le hice a Alba Burillo, de Territorio creativo, me empezó a picar la curiosidad por leer el
libro que los fundadores de dicha empresa, Juan Luis Polo y Fernando Polo,
escribieron recientemente. Su título es #socialholic
y viene muy bien leerlo si te interesa este mundo del marketing y las redes
sociales.
Internet es un espacio en el que impera la comunicación bidireccional. Esto ha
creado una serie de cambios radicales no sólo en nuestra forma de comunicarnos,
sino también en nuestra forma de comprar y de relacionarnos con las marcas.
Como bien dicen los autores, “hay tres factores que definen nuestra tecnosociedad: contenidos, tecnología y personas. Maticemos: contenido digital,
tecnología de producción, distribución y consumo y relaciones personales” (pág.
22).
Los prosumers -consumidores
y creadores de contenidos- se han convertido en un elemento clave de la cultura
2.0. Ya lo dice el manifiesto Clue Train:
el mercado son conversaciones. Pero se refiere al mercado de cliente y empresa,
al individual de cada ciudadano, que yo diferenciaría de eso que llaman los mercados, que no se sabe muy bien quiénes son, pero que
nombran cada vez que quieren hacer un recorte o hablan de la prima de riesgo. (http://politologoenred.blogspot.com.es/2012/08/internet-y-la-empresa-el-manifiesto.html)
Ese mundo unidireccional en el que la
empresa era la dueña de la información absoluta del producto y de todo lo que
lo rodeaba ha pasado a la historia.
Por lo
tanto, el marketing en medios sociales debe cambiar con respecto al marketing
tradicional. El Social Media Marketing es “una nueva función corporativa que
evalúa el impacto de los medios sociales para una empresa en particular, y los
introduce, conforme a dicha evaluación, en las componentes de la estrategia
corporativa que tocan al marketing, como son la publicidad, la comunicación, el
desarrollo de producto (e investigación de mercado) y la atención al cliente (y
la fidelización)” (pág. 32).
El
libro tiene innumerables anécdotas sobre empresas que han desarrollado campañas
de éxito en Internet, pero también tiene casos de crisis graves que viene bien conocer. Por ejemplo:
- El caso de Dell y su conflicto con el bloguero Jeff Jarvis (pág. 45). La empresa informática no se tomó muy bien las críticas del bloguero, lo que amplificó más las repercusiones de la opinión de Jarvis.
- La historia de Miguel Nonay y Renfe (pág. 53).
- Fernando Tomás y su problema con Alfa Romeo (pág. 105).
- El caso de AirBnB (pág. 139).
- También hay casos de buenas prácticas (bastantes, y muy interesantes), como el de NH Hoteles y su famoso #FollowFriday (pág. 117).
En el último bloque del libro, “En las manos 2.0” (pág. 285 y ss.), se
desarrolla lo que, a mi entender, es lo más interesante del libro. Aquí se
exponen consejos muy prácticos sobre
cómo crear y dinamizar contenidos a través de un blog. Lo mejor que se puede
hacer, según establecen los autores, es crear un plan editorial que agrupe las líneas a seguir en cuanto a
formato, contenido, mensaje, tono, etc. También hay que tener en cuenta las fuentes
que utilizaremos para nutrir nuestros contenidos, así como el posicionamiento que hagamos del
blog en los buscadores.
No se
olvidan los autores de proporcionarnos algunas herramientas para movernos mejor en Facebook, Twitter, Linkedin o Tuenti.
Para ir
concluyendo, he de resaltar una serie de características que, para los hermanos
Polo, debe tener un buen Community Manager. Se establecen como las siete ces del Community Manager (pág.
319) y son: Cariño, Contenidos, Cultura 2.0, Conversación, Creatividad,
Carácter y Constancia.
Bueno,
si queréis saber más cosas sobre el marketing en medios sociales, ya sabéis qué
libro leer.
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